14 de junio de 2013

BlaBlaBla...Bla.


Hoy, un día como cualquier otro, quería aprovechar para hacer hincapié en algo que considero que es importante poner en conocimiento.
Podéis juzgarme sin compasión alguna, podéis cargar vuestra mirada de prejuicios cuando me encuentre en vuestro punto de mira, podéis calificarme con un sinfín de adjetivos, catalogarme de tal o de cual, cuando de hecho conozco personas que dicen no gustarle etiquetar, ya bien sea a las personas o a los sentimientos,  y sin embargo sin apenas conocerme una mínima parte de lo que creen, tienen la osadía de sentenciarme.
Podéis también incluso criticarme, adelante, me es igual. A mis espaldas, o en toda mi face, porque lo único que conseguiréis sustraer de mi será una sonrisita a conjunto con vuestras indiferentes palabras. Ni ira, ni rabia, ni decepción, puesto que me lo espero todo de nosotros, los seres "humanos".
Podríais hacer esto, y mucho más, podríais, pero os advierto de ante mano, que será tan inútil como estúpido. No voy a negar que yo en alguna ocasión, más de las que debería, soy participe de este comportamiento, realmente pienso que es prácticamente inevitable, ¡pero ojo! no estoy proclamando que dejéis de hacerlo, simple y llanamente informo de que me la trae al pairo. Que mientras a unos les hiere, les enfurece, entristece o sucedáneos, a mi me da la risa.
Voy a reconocer públicamente que siempre he sido algo influenciable, desde hace relativamente poco, descubrí que eso me complicaba la vida, no sé muy bien como ni cuando, pero conseguí cambiar progresivamente mi manera de ver las cosas, y comprendí que somos proclives a hablar sin conocimiento de causa, desde la ignorancia y padecemos de sabelotodismo. Que nada es igual cuando es uno mismo quien actúa de una manera u otra, que hay demasiados factores que influyen a la hora de determinar una acción y que ni nadie es perfecto, ni nadie logrará serlo jamas.
Eso sí, me parece muy bien que tengáis una opinión propia, basada en vete tú a saber qué, probablemente poco objetiva y apoyada desde vuestra propia realidad, pero os aconsejo no subestimar a nadie. Es peligroso tanto idealizarlo como menospreciarlo, porque... la vida da muchas vueltas.


Y a aquellos que se creen superiores, no os creáis especiales o distinguidos, malditos hipócritas. ¡Jajajaja!
“Hay tres maneras de hacer las cosas: bien, mal y como yo las hago”
(Robert De Niro)



3 comentarios:

  1. Yo tampoco suelo hacer demasiado caso a los demás, a no ser que los "demás" sea gente de mi entorno, gente que de verdad me importa y me dice las cosas con educación y sinceridad. Entonces, si lo veo oportuno, abro mis oídos y mi mente, y me dejo aconsejar, pero ojo, solo si lo veo oportuno porque no me sirven todas las opiniones.
    Por ejemplo, por mucho que alguien de mi entorno diga que es bueno para mí que coma carne, no la voy a comer, porque es una decisión propia. Ahora bien, si alguien me dice que debo sonreír más y veo que es verdad, y que llevo unos días con cara de palo, entonces hago caso. Todo depende de la persona y de lo que te diga... al menos esa es mi opinión... :-)

    Besos!!

    ResponderEliminar
  2. Simple y llanamente se puede catalogar como naturaleza humana


    ResponderEliminar
  3. Casualmente he llegado a tu blog... cosas de Internet. Tiene el encanto felino de un gato. Una buena explicación nunca debe superar a una buena pregunta. Ya que esta entrada habla de opiniones, mira lo que escribí en mi blog:

    http://silavesdilehola.blogspot.com.es/2012/12/normal-0-21-false-false-false.html

    Aunque llevas tiempo sin publicar, te animo a que sigas haciéndolo. No importa con qué frecuencia, seguro que tienes muchas ideas interesantes que contar abiertamente.

    Un saludo.

    ResponderEliminar